LXIII
Que se
detenga el tiempo que no quiero
seguir la
senda oscura y lacerante
de esta
perversa noche donde errante
camino tras
su sombra prisionero.
Que se detenga el tiempo que yo muero
por ver esa
dulzura en su semblante,
por ver sus
ojos verdes, su radiante
sonrisa
entre la niebla del sendero.
Sin ella, no me queda ya argumento
para vivir.
Tan dura penitencia
me produce
dolor y sufrimiento.
¡No quiero ya seguir sin su presencia!
Porque
vivir así es un tormento
y más que
vida es muerte mi existencia.
El poeta expresa ese sentir profundo de un amor no correspondido?
ResponderEliminarhasta el sentir de querer morir ...debe se amar mucho y en intensidad
para que sienta ese dolor tan hondo...
definitivamente aunque es un poema doloroso
se aprecia el hermoso despliegue de sentir...
Lindo fin de semana.
Gracias Meulen por tu comentario y por tu buen análisis del poema.
EliminarUn abrazo
Estos sonetos tan sentidos tendrían que tener premio.
ResponderEliminarLo merecen.
Saludos.
Bueno,soy de la opinión de que ya nos ponemos a escribir versos, hay que intentar al menos que esos versos hagan aflorar las más ocultas emociones del lector que los lee.
EliminarGracias Toro.