martes, 1 de octubre de 2019

Maestro


                         XXXI

Compartir la emoción de la aventura
con hadas y con duendes cada día,
navegar por el mar de la utopía
 hacia el puerto final de la cultura.

Empuñar como escudo la cordura
y como arma sutil, la fantasía.
Hacer que, con su luz, la poesía
en cada corazón deje ternura.

Desterrar de sus mentes la tristeza
procurando no hablar de lo siniestro
y sí de la bondad y la belleza.

Hacer de cada niño un hombre diestro
en ver y amar la vida con nobleza…
Todo eso y mucho más, es ser maestro.

                                     Junio-2012