XLIV
Estando yo a la sombra de un manzano
una tarde de abril ya calurosa,
observé que una bella mariposa
vino a posarse, cándida, en mi mano.
Mudarse en mariposa un vil gusano
deduje que es hazaña portentosa
y ante aquella criatura tan hermosa
me sentí enternecer, cual franciscano.
Y entendí que la "cosa" era curiosa
y pensé : ¡Qué distante el ser humano
de esta metamorfosis asombrosa!
¡Qué opuesto su progreso y qué lejano! :
Pues nacemos y somos mariposa;
llegando la vejez, somos gusano.
2013