XXX
Esa
tarde llevé mi adversidad
a
bailar con licores traicioneros,
a
soñar con sonrisas y "te quieros",
para
huir de la negra soledad.
Esa
tarde,¡ya fue casualidad!,
me
encontré con tus ojos, dos luceros
de
brillos encendidos y hechiceros
que
raptaron mi escasa voluntad.
Y
bailamos, sin sombra de rencores,
la
danza que avivó aquellas hogueras
que
apagaron ayer nuestros errores.
Al
marcharte, movías las caderas
con
la misma cadencia de las flores
que
se amustian soñando primaveras.
Mayo-2012