XLII
El viento
que golpea mi ventana
y ulula con
quejidos lastimeros
me cuenta
que tus ojos zalameros
dejaron de
mirarlo esta mañana.
Que pálida y en hora muy temprana
corrías
tras el sol por los oteros
y que ávida
de besos pendencieros
temblaba de
emoción tu piel lozana.
¿Qué sombra
de pasión te ha poseído?
¿Qué
embrujo trastornó tu pensamiento?
¿Qué ganas
con dejar mi pecho herido?
Sin ti,
sólo seré lobo sediento
de errante
caminar, sombra de olvido…
¡Regresa!
Te esperamos…yo y el viento.
Febrero 2013