miércoles, 14 de febrero de 2018

Azul


                                   
       

                            XIV

 Azul el agua  mansa, cristalina
 Azul el campo lánguido, baldío.
 Azul el aire de este ocaso frío
 y azul la niebla sobre la colina

 Cuando el sol de la tarde ya declina,
  todo el azul siente un escalofrío.
  Beben los juncos gotas del rocío
  en la siniestra hora vespertina.

  Un murmullo de risa clandestina
   me cuenta, emergiendo desde el río,
  que una caña muy triste, larga y fina,
   llora al ver ese cubo tan vacío.
                            
   Con el azul durmiendo en mi retina,
   dejo el embarcadero, ya sombrío.


              Diciembre,2010



El beso


                        XIII

Era la noche, sueño ilusionado.
Era la luz, penumbra encubridora.
Era la melodía embriagadora
y era el licor, maléfico aliado.

Y estaba yo, lamento descarnado.
Y estabas tú, brillando cual aurora.
Y yo, con una sed abrasadora.
Y tú, samaritana del pecado.

Y aproximé a tus labios entreabiertos
los labios míos, brasas encendidas,
y los dos nos fundimos en un beso.

Y esa noche, mis pasos inexpertos
me llevaron por sendas prohibidas
para caer, de tus amores, preso.



                         Octubre,2010


A Leonor, mi vecinita ciega



                    XII

En tus ojos, el sol, esta mañana
ha dejado el mensaje de la vida.
Te levantas y aún medio dormida
has sentido su luz en la ventana.

Has salido a la calle, tan ufana,
y caminas alegre y decidida
y saludas feliz y agradecida
a la gente del barrio, tan cercana.

Y es que tú, bella diosa de la noche,
que naciste sin luz en la mirada,
te abrazaste a la vida sin reproche.

Y al mirar tu carita iluminada
repartiendo sonrisas con derroche,
creer que existe Dios, no cuesta nada.

                               
 Agosto,2010

Tierra


                    XI

Esfera de fantástica presencia
que viajas por elíptico sendero,
avanzas como un ciego prisionero
que ignora su destino y procedencia.

Y en ese caminar de penitencia
nos llevas como res al matadero
sabiendo que el destino verdadero
no es otro que el final de la existencia.

¿Acaso ese girar reiterativo
bien pudo ser el juego predilecto
de un dios que te ha dejado abandonada?

¿O acaso eres el alma de un tiovivo
errante, en el que hacemos el trayecto
felices por viajar y luego nada?


                     Septiembre,2010