XIII
Era la
noche, sueño ilusionado.
Era la luz, penumbra encubridora.
Era la melodía embriagadora
y era el licor, maléfico aliado.
Y estaba yo, lamento descarnado.
Y estabas tú, brillando cual aurora.
Y yo, con una sed abrasadora.
Y tú, samaritana del pecado.
Y aproximé a tus labios entreabiertos
los labios míos, brasas encendidas,
y los dos nos fundimos en un beso.
Y esa noche, mis pasos inexpertos
me llevaron por sendas prohibidas
para caer, de tus amores, preso.
Era la luz, penumbra encubridora.
Era la melodía embriagadora
y era el licor, maléfico aliado.
Y estaba yo, lamento descarnado.
Y estabas tú, brillando cual aurora.
Y yo, con una sed abrasadora.
Y tú, samaritana del pecado.
Y aproximé a tus labios entreabiertos
los labios míos, brasas encendidas,
y los dos nos fundimos en un beso.
Y esa noche, mis pasos inexpertos
me llevaron por sendas prohibidas
para caer, de tus amores, preso.
Octubre,2010
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