XXXVII
(Soneto acróstico)
Dios
sabe que te amé sin condiciones,
Incansable
luché por tu cariño:
Siempre
buscando un gesto, cualquier guiño
Entre
la sinrazón de tus razones.
La luna, que gobierna las pasiones,
Ocultó
su brillante piel de armiño
Entre
nubes,al ver que, como un niño,
No
pude controlar mis emociones.
Saliste de mi vida de puntillas,
Olvidaste
que el fuego de este amor
Nunca
se ausentará de tus mejillas.
Estarás añorando mi calor
Toda
tu vida errante y, de rodillas,
Orarás
mientras lloras por tu error.
Noviembre-2012