martes, 30 de junio de 2020

DÍSELO EN SONETO


                      XXXVII

                                        (Soneto acróstico)                                   

Dios sabe que te amé sin condiciones,
Incansable luché por tu cariño:
Siempre buscando un gesto, cualquier guiño
Entre la sinrazón de tus razones.

La luna, que gobierna las pasiones,
Ocultó su brillante piel de armiño
Entre nubes,al ver que, como un niño,
No pude controlar mis emociones.

Saliste de mi vida de puntillas,
Olvidaste que el fuego de este amor
Nunca se ausentará de tus mejillas.

Estarás añorando mi calor
Toda tu vida errante y, de rodillas,
Orarás mientras lloras por tu error.

                                            Noviembre-2012

lunes, 15 de junio de 2020

Cuando tus labios besaban los míos


                           XXXVI 

      (Soneto con acento en las sílabas 1ª,4ª,7ª y 10ª,
       llamado dactílico pleno o de gaita gallega )


Cuando tus labios besaban los míos
entre amapolas y espigas doradas;
cuando las horas pasaban calladas
por bulevares eternos, vacíos;

cuando en invierno llegaban los fríos
y acariciaba tus manos heladas;
cuando bastaban, amor, las miradas
para matar los instantes sombríos...

no imaginamos que el tiempo traidor
se llevaría con él el presente
para dejarnos vacíos de amor.

Siempre fue así, que el amor solamente
llega una vez, como abeja a la flor,
luego se va, sin hablar, de repente.

                                     Noviembre-2012


lunes, 1 de junio de 2020

MAREAS (I)







                     XXXIV

Es el mar un gigante fascinado
por la pálida cara de la luna
y por eso, del fondo de su cuna,
se eleva cada noche ilusionado

intentando besar, enamorado,
sus risueños ojitos de aceituna…
¡Pero sólo los rizos de esa duna
consigue el mar besar, decepcionado!

En las cálidas noches del verano,
cuando llega redonda y se arrebola
surgiendo por detrás del altozano,

la llama el mar con voz de caracola
y ella siente su aliento tan cercano
que le deja su luz en cada ola.

                                        Octubre-2012






 MAREAS (II)
                       

                        XXXV

                                (Sin sinalefas)


Es el mar un gigante fascinado
por la pálida cara de la luna
y por eso, del fondo de su cuna,
se levanta de noche desbocado

intentando besar, enamorado,
sus risueños ojitos de fortuna.
Pero sólo la cresta de la duna
logrará conquistar, decepcionado!

En las cálidas noches del verano,
cuando llega tan tímida, tan sola,
surgiendo por detrás del altozano,

la seduce con voz de caracola
y ella siente su canto tan cercano
que se vuelve carmín, cual amapola.

                                  Enero 2013