sábado, 9 de enero de 2021

Culpa fue de ese viento marinero

                       




                         XLVIII


Culpa fue de ese viento marinero:
de repente elevó tu corta falda
que voló hasta la base de tu espalda
y dejó al descubierto el mundo entero.
 
Iba yo, caminante pasajero,
observando  la mar verde esmeralda
pero al ver la traviesa minifalda
se nubló mi razón y casi muero.
 
Fue tanta la elegancia de ese vuelo
inundando de sueños la mañana,
que también yo volé buscando el cielo.
 
Y es que al ver tu belleza tan cercana,
mi floja piel, ya fría como el hielo,
se mudó en tibia piel, tersa y lozana.
 
                                       Mayo, 2013