LVIII
Este incierto vivir, esta desgana
que transforma sin más mi sangre en hielo,
este miedo a soñar, este desvelo
ante cualquier señal en mi ventana.
Esta tenaz rutina cotidiana
que me tiene clavado al duro suelo,
este miedo a sentir, este recelo
del vívido fulgor de la mañana...
no es más que la vejez, la decadencia
de un cuerpo ajado ya, sin alegría,
que sumiso va en pos de su sentencia;
dejé ya muy atrás mi mediodía
y en la tarde navega mi existencia
camino de la noche negra y fría.
Enero-15
Buen soneto y por desgracia me veo en cada verso.
ResponderEliminarSaludos.
Pues mucho ánimo Toro,solo es un poema. Hay que seguir viviendo.
EliminarSaludos cordiales.
Que a vida lhe sorria, nunca é tarde para sonhar!
ResponderEliminarUm beijinho!
💙💙💙 Megy Maia
Sí que es incierto ir viendo las señales del paso del tiempo. Intentamos rebelarnos, pero es la vida y todos navegamos hacia la misma noche.
ResponderEliminarMuy bello soneto Joaquín.
Abrazos.