Peregrino
LXV
Esta baldía
soledad poblada
que aletarga el
batir de mi aleteo,
este vagar sin
ir, este paseo
por la orilla de
un alma atormentada…
…me dicen que,
de todo, apenas nada
paró en dogma de
aquello en cuanto creo,
en tesoro de
aquello que poseo
o en sueño
placentero en mi almohada.
Y es que viví
cual ciego peregrino
poniendo en el
llegar todo el empeño
por afrontar el
rol de mi “destino”
y me dejé olvidado tanto sueño,
tanta canción de
amor por el camino,
que hoy apenas
de nada soy yo dueño.
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