LX
Quedó mudo y desierto el parque de mi vida
aquel
repleto siempre de risas y canciones,
aquel donde
manaba la vida a borbotones
cual
rumorosa fuente de júbilo vestida.
Un día, de repente, comienza la partida:
se marchan
al encuentro de nuevas emociones,
hacia una
vida nueva repleta de ilusiones
en busca de
un futuro de senda florecida.
Normal, es ley de vida, crecieron y volaron
hacia un
cielo infinito en busca de sus sueños
dejándonos
a solas con nuestra soledad.
Los hijos son tesoros que un día nos legaron,
que ya
nacieron libres cual pájaros, sin dueños
para volar ufanos en pos de su verdad.
Mayo 15
Al final siempre acaba ganando la soledad.
ResponderEliminarSaludos.
La ley de la vida. Los hijos cuando abren sus alas buscan sus propios nidos y es normal y, quedamos solos con un libro y un perro.
ResponderEliminarAbrazos Joaquín
Así es. Pero a pesar de que nos dejen somos felices si ellos lo son. Vivimos con el recuerdo de sus caricias y travesuras de cuando eran pequeños. Un abrazo.
ResponderEliminarBellísimo soneto en alejandrinos sobre esos hijos que nacieron libres y un día abandonan el hogar para ir en pos de sus vidas. Una preciosidad por la que le felicito, Joaquín. Saludos cordiales.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestra participación también en este blog de sonetos.
ResponderEliminarJoaquín, muy bello soneto, así es la vida.
ResponderEliminarPero te queda la alegría que tus hijos pudieron volar a nuevos cielos.
Una delicia leerte
Cariños y besos amigo