Estaciones
LIII
Hay
una edad divina, la primera
etapa
de la vida, la niñez,
donde
todo es candor y nitidez,
donde
siempre se vive en primavera.
Después,
la juventud, sueño y quimera,
nos
envuelve en un halo de embriaguez
donde
siempre el amor es parte y juez
de
nuestra loca vida placentera.
Mas,
un día termina aquel verano
que
incendió nuestras vidas. Lentamente
cambiamos
lo divino por lo humano.
Maduran
nuestros sueños. Nuestra mente
presiente
ya un otoño muy cercano
que
abocará al invierno finalmente.
Septiembre-2013
Ese invierno nos llegara a todos..
ResponderEliminarMientras solo podemos disfrutar de lo que nos rodea,
del momento, siendo felices y regalando felicidad.
El soneto es excelente, me encantó.
Feliz noche Joaquín.
Muchas gracias Carmen, me alegro que te haya gustado. Un abrazo
EliminarEstaciones de vida, todos habremos de vivirlas... Un poema precioso y reflexivo. Saludos amigo Joaquin.
ResponderEliminarAsí es,por ellas pasaremos todos. Gracias por tu visita Sandra.
EliminarMe temo que ese invierno avanza cada vez más feroz en mi caso.
ResponderEliminarSaludos.
Y en el mío Toro,y en el mío. Pero, que nos quiten lo bailao.
EliminarMagnífico soneto, Joaquín:
ResponderEliminarEs sabio y bello y suena muy natural al leerlo.
Enhorabuena
Un beso
Gracias Ana,de eso se trata,de que suenen lo menos forzado posible.
EliminarAbrazos.
Un soneto al paso de la vida, bellamente exùesto
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Carmen,un placer saber de ti. Abrazos.
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