XIX
Poco dado a los bailes de salón,
suelo ser, de la huerta, la alegría,
siendo así que una tal melancolía
se adueñó de mi triste corazón.
Nunca cedo si tengo la razón,
ni amparo la razón cuando no es mía;
siempre odié la palabra hipocresía,
siempre amé la verdad, sin condición.
Bohemio, soñador, casi poeta,
no me importa salirme del camino
para admirar la flor en la cuneta.
Mientras, entre lo humano y lo divino,
voy llenando de sueños la maleta
que he de llevar a mi último destino.
Junio,2011
Buen soneto, Joaquín, en el que logras expresarte como si no estuvieras atado a la métrica y a la rima. Has dejado, entre verso y verso, mucho de ti en el camino, te sobra un casi.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Enrique,a veces se hace imprescindible hablar de uno mismo,aunque sea en un soneto.
EliminarAbrazos
Loa avatares de la vida
ResponderEliminarde lo que somos nos acompañan siempre
lado a a lado...es por lo general
que somos por eso la primera referencia
nos comprendemos o intentamos hacerlo
eso es vivirse la vida a conciencia también